
05 Jun Cómo vivir la alta sensibilidad con atención plena
En 2015 descubrí que era altamente sensible. Hasta entonces, había oído incontables veces a lo largo de mi vida “eres muy susceptible”, “qué hipersensible eres”, “no se te puede decir nada, te lo tomas todo muy a pecho” o incluso, “todo te sienta mal”.
Y siempre me sentí como culpable de ser así, tan profunda, tan sensible… Siempre me sentí la oveja negra en todos los grupos en los que formé parte. Veía cosas que los demás pasaban por alto “porque eso son tonterías”, y para mí eran cosas fundamentales que decidían la calidad de una experiencia o de una relación.
Pero yo crecí con eso… Y no puedo dejar de ser así, nunca he podido. Además, ser así, va en relación directa con una serie de valores que siempre viví en mi casa, que me ayudaron a entender el mundo tal y como lo vivo. Tal vez por eso siempre he sentido un vínculo tan increíble con mi núcleo familiar: es el único sitio en el que he sentido al 100% que son iguales que yo.
Descubrir la alta sensibilidad me ayudó a darme cuenta que no era un bicho raro, sino un bicho distinto. Y aunque no deja de ser una etiqueta más para describir una serie de peculiaridades que atañen a un reducido núcleo de humanos, fue un alivio importante dejar de sentir culpabilidad y pasar a reconocerme y a ver mi sensibilidad como un don.
Es lo que te da la consciencia, que te ayuda a entender y a coger perspectiva.
Somos el 20% de la población mundial. Poquitos, pero suficientes como para poner atención a nuestras peculiaridades y aprender a relacionarnos con ellas.
En caso de que no seas altamente sensible, te recomiendo que sigas leyendo. Estoy convencida de que alguien de tu alrededor lo es, y saber de qué va esto puede darte una perspectiva distinta a como relacionarte con él o con ella.
Qué es la alta sensibilidad
La alta sensibilidad es un concepto relativamente nuevo en la sociedad pero que ya ha sido demostrado científicamente. Y lejos de ser un trastorno o un problema psicológico, es considerado como un rasgo de la personalidad (aunque reconozco que antes de saber que la alta sensibilidad existía, sentí muchas veces que tenía algún tipo de problema).
Todo viene de nuestra biología heredada (pongo énfasis en heredada, porque viene de padres a hijos).
El cerebro de una persona altamente sensible es distinto al de una persona que no lo es: nuestro sistema neurosensorial y perceptivo está más desarrollado y recibe muchos más estímulos; nuestro hemisferio derecho, el que está relacionado con las emociones, los sentimientos y la creatividad, es más activo; el lóbulo frontal, pieza clave para el procesamiento de la empatía, está hiperactivado (lo que genera un profundo entendimiento sobre las emociones externas y permite ofrecer una respuesta adecuada a las mismas); y por último, la amígdala cerebral, el centro neurálgico de las emociones primarias, está más excitado generando una mayor intensidad al experimentar las emociones propias.
Podríamos decir que sentir es nuestra razón de existir.
La doctora en psicología Elaine Aron que en 1991 inició su investigación en este campo, lo define como “un rasgo neutral que evolucionó en el 20% de la población humana y en muchas especies no humanas, porque es una ventaja de supervivencia en algunas situaciones y no en otras. Esta estrategia de supervivencia consiste en procesar información (estímulos) más a fondo que otras personas. Esto, puede llevar a una sobre estimulación y, probablemente, a los esfuerzos para protegerse contra la misma. Sin embargo, la Alta Sensibilidad no es un trastorno, sino una estrategia razonable.”
Personalmente, descubrir que soy como soy por mi biología cerebral, lo primero que me dio fue sosiego. En especial porque yo no escogí mi cerebro, sencillamente nací con él. Y del mismo modo que no me siento culpable por tener las manos que tengo, tampoco me parecía muy sensato sentir culpabilidad por tener el cerebro que tengo. Así de fácil.
Lo que quedaba entonces era investigar más sobre el tema, y entender para qué es útil un cerebro así y cómo poder ponerlo al servicio de la vida.
Lo bueno y lo malo de la alta sensibilidad
Si tuviera que decir una palabra que definiera mi vida antes de saber nada de la alta sensibilidad y del desarrollo personal seria D R A M A.
Una emocionalidad extrema, un sentir profundo por todo, un mundo interior vasto y extenso, una necesidad de silencio y calma abrumadora y sobretodo sobretodo, la falta de límites personales.
Estos son algunos de los rasgos de la personalidad más relevantes:
- Mayor sentir y mayor profundidad. Todo lleva a querer ahondar más y más sobre las cosas, entender lo profundo de las mismas, llegar al núcleo.
- Reactividad emocional. Ya sea por las propias emociones (se llora con mayor facilidad, por ejemplo), como por las emociones ajenas. El sistema empático está ampliamente desarrollado y eso lleva a una reactividad emocional frente a lo que vive el otro.
- Lo que lleva a una falta de límites y mucha dificultad para decir NO.
- La soledad y el silencio son vividos como espacios de regeneración.
- Al tener más estímulos y manejar más información, el número de variables se amplía por lo que cuesta mucho más tomar decisiones.
- Hay una alta capacidad de observación, por lo que se detectan las sutilezas en cualquier ambiente.
- Profunda conmoción emocional por las artes y la naturaleza.
- Gran facilidad para el enamoramiento.
- Un umbral del dolor bastante bajo.
- Las luces brillantes, los ruidos y los olores son percibidos con mayor intensidad, por lo que resulta más fácil sentirse molesto por ellos.
- Alta sensibilidad a las críticas ajenas y a lo que los demás piensan de uno.
- Los excesos de gente o de trabajo pueden llevar a la sobreestimuación y el estrés.
- Mayor tendencia a estados de depresión, incomprensión y tristeza.
Como ves, la alta sensibilidad puede ser molesta e irritante, pero lo cierto es que es un regalo y un auténtico don. Sé que parece que no puede ser, después de la lista anterior, pero personalmente lo vivo como una oportunidad de poner la atención en el interior y cuidarte y mimarte, siempre teniendo en cuenta que eres como una delicada flor a la que hay que prestar especial atención.
Emocionarse por la salida del sol, que la piel se te erice por el ruido de las hojas al viento, sentir la profunda conexión con la naturaleza, conectar con las personas de corazón a corazón, vivir el amor en plenitud y oír el sonido de la intuición –entre muchas otras cosas– no tiene precio…
Bueno, de hecho si, el precio es una alta gestión mental y emocional interior, de lo contrario la vorágine del mundo exterior se nos comería.
Cómo gestionar la alta sensibilidad
Quiero compartir contigo lo que yo hago para vivir con mi sensibilidad sin que sea un problema:
1. Lo primero, antes de nada es la observación
Qué me sienta bien, qué me sienta mal, qué me hace feliz, y qué me hace infeliz. En qué ambientes me siento cómoda, cuáles son mis valores y que veo que es importante para mi. Fíjate cuándo te sientes abrumada por el mundo exterior, en qué contextos necesitas silencio, con qué personas experimentas una bajada de energía o en qué situaciones la intuición te dice “por aquí mejor que no vayas”. Escucha lo que hay en tu interior, hay más información de la que crees.
2. Sé coherente con lo que has observado
Por ejemplo, si te has dado cuenta que cuando estás con ese grupo de personas te acabas sintiendo mal porque no comparten tus valores, simplemente deja de ir. El centro eres tú.
3. Aprende a decir NO
Yo me pasé parte de la vida cargando con historias que me hacían más mal que bien, solo porque me sabía fatal decir que no… sentía que decir que no era consecuencia directa a que me rechazaran y eso me generaba mucha ansiedad. Pero lo cierto es que mi salud emocional mejoró cuando aprendí a poner límites. Y aunque es cierto que hay gente que se quedó en el camino, me ayudó a comprender quién estaba a mi lado por interés y quién por amor verdadero.
4. Busca estrategias para calmar tu mente
Habrás visto que todo nace de la mente, más en una mente hipersensible. Así que técnicas como la meditación o el Mindfulness son grandes métodos para empezar a reducir el ruido de tu mente. Comparto contigo también el post que hice hace algún tiempo sobre 5 técnicas para calmar tu mente.
5. Crea tu espacio
Un rincón sagrado dónde reconectarte cuando lo necesites.
6. Abraza tu sensibilidad
Enfócate en lo bueno de este don. Tal vez no te des cuenta, pero hace que todo sea más auténtico, más real, más “de verdad”. No hay espacio para las mentiras o las medias tintas. Es un rasgo que busca la pureza y que bien canalizado, te permite vibrar muy alto.
Alta sensibilidad y atención plena
La alta sensibilidad me ha dado la posibilidad de llegar a comprensiones profundas sobre el sentido de la vida y la mística que nos rodea. Tengo facilidad en empatizar con las emociones ajenas y me ha hecho conectar con mi poder interior.
Pero ha sido gracias al Mindfulness y la atención plena que el drama en el que vivía, y que suponía vaivenes emocionales intensos, los viva ahora con aceptación, observación y un grado más que aceptable de serenidad interior.
No quiere decir que haya dejado de sentir, o que me haya anestesiado, o que ya no llore ante lo que me duele; quiere decir que lo vivo sabiendo que son estados transitorios y que igual que a veces aparece la sombra, habrá momentos para la luz. Un ciclo sin fin que forma parte de mi, pero que no me define.
Todos somos personajes en esta gran obra de teatro.
Si quieres empezar a experimentar el efecto Mindfulness en tu mente, empieza por la guía. 7 días de atención plena para enfocar la mirada en ti y calmar el ruido interior.
Más información sobre la alta sensibilidad
Hoy en día cada vez hay más información sobre la alta sensibilidad, así que voy a recomendarte lo que a mi me funcionó y lo que yo descubrí, pero estoy convencida de que hay mucho más por allí.
Personas y asociaciones para la alta sensibilidad
Aquí en España está Karina Zegers de Beijl, coach holandesa afincada en Mallorca que en 2014 crea la Asociación Nacional de Personas Altamente Sensibles «que tiene como objetivo principal la divulgación del rasgo de la alta sensibilidad en el mundo hispanohablante».
Si quieres saber más sobre ella, te recomiendo que le eches un vistazo a su web https://www.personasaltamentesensibles.com/
Por otro lado, y a nivel más internacional, está Elaine Aron, psicóloga especializada en alta sensibilidad desde 1991, cuya web de referencia es https://hsperson.com/
Test para saber si eres altamente sensible
Si quieres saber si eres altamente sensible, hacer el test es la mejor opción. Puedes acceder a él de dos maneras distintas.
Por un lado, te dejo el enlace a la versión en la web de Karina, traducido al español. Por otro lado, está la versión original de Elaine, que está en inglés.
En la web de Elaine hay también un test para los peques de casa, te dejo aquí el enlace por si quieres verlo.
Libros
Finalmente, recomendarte los dos libros que me leí y que me ayudaron a entender mucho más y mejor qué es esto de ser altamente sensible y cómo “bailar” con mi don.
Aquí mismo te los dejo:
¡Tu turno! Hoy ha sido un post largo, el tema tiene muuucha miga. ¿Te has reconocido como PAS? ¿Sabías que existía este rasgo de la personalidad? ¿Conoces a alguien que lo sea? Cuéntame…!
Photo by Oliver Pacas on Unsplash
Verónica
Posted at 18:50h, 07 junioYo también sé desde hace unos años que soy altamente sensible. Aunque nunca me he sentido bicho raro. Siempre he sido tolerante con todo tipo de personas y siempre he estado encantada con mi forma de ser. A mi no me gusta el ruido pero respeto a las personas ruidosas. Por eso para mi lo raro era ver que no todos son igual de tolerantes, respetuosos y con un mínimo de sensibilidad.
Duele estar rodeadas de personas que te hacen sentir incomprendida.
Dices que hay que alejarse de grupos que te hacen sentir mal. Poner límites con amigos y con familiares es fundamental y está en nuestra mano (aunque cuesta al principio).
Lo veo más complicado en el trabajo. Yo actualmente lo paso realmente mal en mis días de trabajo porque no es nada coherente conmigo. Pero tampoco sé qué pasos dar para encontrar algo mejor. La sociedad valora unos rasgos que precisamente son los contrarios a los que yo valoro, en su mayoría. Lo que más me gustaría es encontrar un trabajo en el que pudiera aprovechar mis capacidades y sentirme valorada por trabajar bien y respetada por ser como soy. Pero la verdad es que no sé dónde encontrar algo así, coherente conmigo.
Un saludo.
Alba Ferreté
Posted at 10:06h, 08 junioHola Verónica,
gracias por tu aportación 🙂
Lo primero que me sale es felicitarte, tras descubrir mi alta sensibilidad pude darme cuenta que mucha gente de mi entorno también lo es, y la gran mayoría pasaron por profundas crisis personales de identidad, sin tener muy claro el lugar que ocupaban en el mundo y con una gran sensación de que había algo mal en ellos. También yo me sentí así.
De modo que vivir siempre encantada con tu forma de ser, tiene que ser un gran regalo.
Personalmente, creo que el kit de la cuestión es que vivimos en una sociedad que no está hecha, ni por, ni para, personas sensibles. Y ojo, no digo que seamos mejores o peores, simplemente que nuestro entorno no acomapaña a nuestro interior. Por eso, creo que tenemos que poner más atención a lo que necesitamos.
También me planteo la sabiduría de la naturaleza, que en todos los grupos animales establece, de igual manera, un 20% de su población como altamente sensible. Me hace pensar en que estamos aquí para algo, tal vez para aportar consciencia y entregar esta sensibilidad al mundo. Dar otro toque más profundo a las cosas, no sé. Los no PAS nos dan tierra, raíces, materia, y los PAS aportamos aire, consciencia, éter… Todo se compensa.
Tal vez por eso sientes que estás en un trabajo que no es coherente contigo, que no va con tus valores. Y tal vez, tu empeño esté en descubrir y ejecutar el modo de canalizar la sensibilidad que llevas de serie, desde dentro hacia fuera.
Un fuerte abrazo,
Alba.