
13 Feb Cuento milenario: «Cielo e Infierno»
Soy de las que pienso que las personas son buenas por naturaleza, y muchas veces me tachan de ingenua e ilusa por ello.
Pero me da igual.
Prefiero enfocarme en lo bueno que cada uno tiene en si, que en lo malo… de eso ya se encargan que lo veamos en las noticias todos los días, vaya a ser que se nos olvide.
No niego que la “oscuridad” esté y exista, claro que si. Pero al fin y al cabo, la oscuridad es falta de luz, y si vamos por el mundo fomentando la falta de luz – también llamada inconsciencia– pues entonces las cosas van como van y los seres humanos estamos como estamos: sumidos en un auténtico caos interior por no saber ni quiénes somos, ni qué queremos, ni para qué, ni cuáles son nuestros potenciales internos, ni nada de nada…
La curiosa relación entre tu bienestar y el bienestar del otro
Y digo yo, ¿qué experimentas cuando de manera desinteresada ayudas a otro ser humano? ¿te has dado cuenta del chute hormonal que se da en ti, de la sensación de satisfacción cuando simplemente y porque te sale del corazón te pones al servicio de otro? Ese momento en el que viene alguien y te dice “ostras, muchas gracias”.
Eso no hay droga que te lo dé. Ser buena persona y ayudar a los demás da gustito.
Y podríamos decir que es egoísta, que uno ayuda para sentirse bien. Y si así fuera, ¿qué más da? ¿para qué quieres una relación de pareja, de amigos o de lo que sea si no es para sentirte pleno y feliz?
Al final de lo que hablamos son de relaciones win-win. Si eso es egoísta, bienvenido sea y ojalá todos fuéramos más yonkis de la oxitocina.
A mi lo que más curioso me parece es que esta hormona la segregamos cuando tenemos contacto físico con alguien por quien sentimos algo, cuando ayudamos con palabras de apoyo a los demás, y cuando escuchamos atentamente a otro. Pero también cuando hacemos ejercicio, cuando lloramos para desahogarnos y cuando meditamos.
En resumen, estamos programados para sentirnos bien cuando nos debemos a los demás y cuando nos debemos a nosotros mismos (al cuidarnos física y emocionalmente y al cultivar nuestra espiritualidad desde la quietud y la presencia).
Y como te comentaba en la gestión del conflicto de la semana pasada, para ofrecerte al otro primero es necesario mirar hacia ti mismo. Eso es el mayor regalo que puedes darle.
No me enrollo más y te dejo ya con el cuento milenario de hoy. Un cuento cortito pero intenso, y almenos a mi, me da que pensar sobre cuál es la actitud que más comúnmente adoptamos las personas respecto a nuestros semejantes.
Espero que lo disfrutes y que tras leerlo te decantes hacia vivir en el cielo 😉
Cuento Milenario: Cielo e Infierno
Érase una vez, en un lejano reino de Oriente, que se encontraban dos amigos cuya curiosidad y deseo de saber acerca del Bien y del Mal, los hizo un día dirigirse a la cabaña del sabio Lang con ánimo de interrogarle.
Una vez en su interior y junto a otras gentes allí reunidas, preguntaron al sabio:
“Dinos anciano ¿Qué diferencia existe entre el Infierno y el Cielo?”
El sabio contestó:
«Veo una montaña de arroz recién cocinado, humeante y sabroso. A su alrededor, hay muchos hombres y mujeres famélicos y hambrientos, víctimas de expectativa y frustración. Sus palillos son más largos que sus brazos y por ello, cuando prenden el arroz no pueden hacerlo llegar a sus bocas ansiosas».
Un rumor exclamó entre los allí reunidos…
Más tarde el sabio prosiguió y dijo:
«Veo también otra montaña de arroz recién cocinado, humeante y sabroso. A su alrededor, hay muchos seres humanos alegres y sanos que sonríen con satisfacción y benevolencia. Sus palillos son también más largos que sus brazos.
SIN EMBARGO,
HAN DECIDIDO DARSE LA COMIDA
LOS UNOS A LOS OTROS»
Este cuento forma parte de una colección que recogió José María Doria, director de la Escuela Española de Desarrollo Transpersonal en su libro Cuantos Para Aprender A Aprender (Serendipity). Encontrarás el formato descargable en su web desde donde podrás acceder a los cuentos y al análisis de José María. Siempre un placer leerle!
¡Hasta el próximo martes!
Un hondo abrazo, Alba.
Photo by Max LaRochelle on Unsplash
BL
Posted at 01:41h, 14 febreroGracias! 🙂
Alba Ferreté
Posted at 09:39h, 14 febreroGracias a ti! Especialmente por ser de los que se empeña en que este mundo sea cada día un poquito mejor 😉