¿Cómo puedo controlar mis pensamientos? • Alba Ferreté | The Mindful Room
¿Cómo puedo controlar mis pensamientos?

25 Feb ¿Cómo puedo controlar mis pensamientos?

Hoy empiezo el podcast con una de las inquietudes que me encuentro más a menudo: ¿Cómo puedo controlar mis pensamientos?

Si hace un tiempo que estás por aquí sabrás que esto del control de la mente y de los pensamientos a mí me rechina. Tal vez porque con el tiempo me doy cuenta que lo que consideramos como control no es más que una ilusión. La percepción que tenemos cuando la vida nos acompaña a materializar o vivir aquello que queríamos.

Curiosamente cuando la vida misma abre caminos distintos que no teníamos contemplados, ya sean interiores como exteriores, tendemos a pensar, a sentir o a decir que «hemos perdido el control». Pero, ¿lo tuvimos alguna vez?

Desde mi punto de vista en el control hay el controlador y lo controlado. Y uno y otro se relacionan mediante una especie de lucha de poder ante la que hay un desgaste considerable de energía para ejercer la dominación o resistirse a ella.

Cuando hay control, hay fricción. Interna o externa. Me recuerda un poco a cuando los seres humanos nos esforzamos mucho en reconducir el cauce del río porque nos molesta que pase por donde pasa y nos desmonta la idea que tenemos de como tiene que ser la ciudad y entonces llueve más de la cuenta y el río recupera su itinerario original.

Hemos intentado controlar lo incontrolable.

En el plano mental sería algo así como: aparece un pensamiento, y empiezo a pensar que no quiero pensarlo. Y cuanto más pienso que quiero dejar de pensar, cuanta más energía pongo en ello, más grande se hace el pensamiento.

Hago de todo para olvidar: beber, comprar, estar siempre acompañada… pero por alguna extraña razón ese pensamiento siempre vuelve a mi.

La mente ha ganado la partida. Y de hecho, ahí va el spoiler: no puedes controlar los pensamientos.

Pero es evidente. ¿Cómo no vas a pensar lo que no sabes que no quieres pensar? Solo sabes lo que no quieres pensar cuando aparece en tu campo de consciencia y entonces esa idea ya ha se ha plantado en ti.

No me gusta la idea de controlar los pensamientos porque lo vivimos como una lucha con nosotros mismos y nos ciega ante la evidencia. Y es que, cuando aparece un pensamiento y empiezo a pensar que no quiero pensarlo aquí ya hay 2 elementos en juego: YO y EL PENSAMIENTO.

Sin darte cuentas ya te has desidentificado del pensamiento y lo asumes como algo que flota por tu cabeza que te resulta molesto pero que no eres tú.

Este es el punto de partida del «darse cuenta» que ensanchamos en la práctica de la atención plena. Cuando me doy cuenta de que eso que hay e mi mente no soy yo entonces soy libre de decidir qué hago con ello. Esto significa que cuando llegas a este punto estás más cerca de una gestión óptima de tus pensamientos.

¿Qué pasaría entonces si en vez de entrar en lucha con mi pensamiento le diera la bienvenida y lo acompañara amablemente a irse? ¿Qué pasaría si simplemente entendiera que eso no me define y que por lo tanto es solo una opinión, una visión alternativa de la realidad que se ha creado en mi cabeza?

Pues que entonces no habría lucha alguna. Pasaríamos del control a la gestión.

Tal vez parte del «problema» es que creemos que como estos pensamientos pasan por nuestra cabeza, nos pertenecen. Como si pudiéramos decidir qué pensamos en cada momento. ¿Cómo va a ser eso posible si ni siquiera sabemos de dónde vienen? Seamos realistas, ¡sería muy cansado estar todo el día decidiendo qué pensar, toda nuestra atención estaría puesta en la generación de contenido de nuestra mente! Viviríamos ausentes las 24 horas del día.

Y eso no tiene nada de vivir en el presente.

Pero, ¿y si te dijera que tus pensamientos no te pertenecen? ¿que en realidad tu mente es como una gran antena que puede percibir ideas y pensamientos que flotan en una mente colectiva que todos compartimos? ¡Hay cosas que piensas que no son ni tuyas!

Soltaríamos la culpa de pensar lo que pensamos, soltaríamos la necesidad de corregir el pensar y empezaríamos a ejecutar mecanismos para no creernos lo que la mente nos dice, para cuestionar lo que pasa por nuestra cabeza y vivir anclados en ese espacio de tiempo en el que todo está bien: el momento presente.

Esto es lo que hacemos en un proceso de mindfulness. Un entrenamiento sostenido que te da la libertad interior de no sentirte definido ni tiranizado por pensamientos y emociones.

Porque el problema no es que tengas pensamientos, el problema es lo que haces con ellos. El problema es que te crees la película que traen y lo que activan en ti.

Que ¿cómo se controlan los pensamientos? No se controlan, se gestionan.

Que ¿cómo se gestionan los pensamientos? Dándote cuenta que no eres ellos mediante el foco de tu atención, aceptando lo que traen sin cuestionarte porqué los tienes, de dónde vienen o qué quieren de ti.

Y justo ahora está abierto mi curso grupal de mindfulness para la gestión de tus pensamientos y emociones llamado Calma tu mente y vive sin dramas.

Es un proceso de 16 semanas en el que ponemos en cuestión lo que nace de tu mente, le damos la bienvenida y aprendemos a abrazarlo con aceptación y amor. Y no solo eso, sino que además cultivamos desde la presencia ese estado interior necesario para integrar todo aquello que vamos descubriendo con plena atención.

Si quieres aprender a gestionar tus pensamientos, aquí tienes un camino.

Empezamos el próximo día 2 de marzo. ¡Ojalá te vengas!

Por mi parte eso es todo. Muchísimas gracias por estar al otro lado semana tras semanas. Si quieres contribuir a que el mensaje de que se puede vivir con calma mental, te agradeceré mucho que comentes, puntúes o compartas este programa.

Te abrazo fuerte y hasta la semana que viene!

¿Te ha gustado el post? ¡No dudes en compartir! ;)
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