Vence a la culpa con compasión • Alba Ferreté | The Mindful Room
Vence a la culpa con compasión

26 Mar Vence a la culpa con compasión

Hoy quiero hablarte sobre cómo vencer a la culpa a través de la autocompasión. Y para ello, lo primero que he hecho es buscar la definición de autocompasión que hay por la red, en concreto en Wikipedia. Dice así:
«Auto-indulgencia es el sentimiento de pena hacia uno mismo que experimenta un individuo en situaciones percibidas como adversas cuando dicha situación no ha sido aceptada y no se tiene la confianza o la habilidad para adaptarse a ella.»

Con este panorama de fondo, si a alguien que siente una culpa tremenda le dices que para trascender la culpa sea autocompasivo consigo mismo, te dirá que ni hablar.

Normal, nadie quiere sentir pena de uno mismo. Te lleva directo a un espacio de victimismo que nadie quiere desde el consciente.

Si quieres acceder a la versión audio de este post, aquí tienes el player 😉

La otra cara de la autocompasión

Pero desde el Mindfulness, y en especial sacado directamente del budismo, la autocompasión tiene otra razón de ser.

No va de pena, va de amabilidad. Va de se saberse humano, de permitirse experimentar todo lo que la experiencia trae sin juicio y con amor a uno mismo. Va de aceptarse.

Es la base de la curación emocional.

Permite que nos demos cuenta de nuestra humanidad y la abracemos con todo lo que trae.

Que tenemos días malos o malas épocas, que tenemos emociones densas, que nos caemos, nos levantamos, nos volvemos a caer, que nos equivocamos y erramos en decisiones, actitudes y experiencias… Y NO PASA NADA.

Cuando abraces esto, te darás cuenta de la humanidad que hay en los demás y eso te liberará.

La inutilidad de la culpa

La culpa tiene su origen en el pasado. Un campo inerte que te saca del ahora para ubicarte en un espacio que ya no existe. Además, hunde sus raíces en tu crítico interior; ese personaje machacón e insistente que no deja de enjuiciarte, de decirte qué deberías estar haciendo que no haces o cómo deberían ser las cosas.

La culpa ramifica y conecta con la autoexigencia, el perfeccionismo, la falta de confianza y de estima hacia una misma. Y claro, un exceso de pensamiento rumiante es el caldo de cultivo ideal para que la culpa nazca y se arraigue fuerte.

Pero si lo miras con objetividad. ¿Para qué está ahí? Está por algo, gracias a ella te aferras a un aspecto de ti que te resistes a dejar ir. Descubre lo que es y simplemente déjala ir.

Porque si no es para eso, ¿qué trae de bueno a tu vida?, ¿qué posibilidades abre o cierra?, ¿te sirve para algo útil? Me juego algo que no.

La injusticia tras la culpa

Para mí el tema de la culpa trae una injusticia de la que no se habla. Tal vez porque quien sale perjudicada eres tú misma, y menosprecias ese mal trato que te estás dando.

Bajo mi punto de vista, culpabilizarte por lo que la tú del pasado hizo o no hizo es alterar la realidad; doblegarla para hacer encajar tu sombra en algún sitio. Dime, ¿a caso no hiciste lo que mejor consideraste en ese momento de tu vida? Sé que me dirás que podrías haber hecho otra cosa, que el miedo te dominó, que eras inconsciente o no sé qué cosas más… Pero quiero que te des cuenta que quien habla es tu exigencia, tu perfeccionismo y no tu Ser.

En ese momento de tu vida, pasara lo que pasara, actuaste en base a lo que sentiste en ese momento. Dominada por el miedo o no, fruto de tu inconsciencia o no, no veías otra opción. Entonces, si no tienes el don de la videncia, ¿para qué te martirizas tanto?

Cuando asumes que vienes aquí a aprender y que para ello es necesario equivocarse entiendes que caer es importante y necesario. ¿Imaginas un niño pequeño sintiéndose culpable cada vez que se cae cuando está empezando a andar? Iríamos todos arrastrándonos por el suelo…

Cultivar la atención plena con la culpa

Sabes que desde el Mindfulness se hace mucho hincapié en el darse cuenta. El lema siempre es ATENCIÓN, ATENCIÓN, ATENCIÓN. Así que el primer paso para tratar con la culpa es que te des cuenta de qué creencia la alimenta. Qué idea de fondo hay tras esta culpa y detecta para qué te sirve.

Cuando la tengas detectada, pregúntate ¿qué precio estás pagando para mantener esta creencia? ¿te libera o te encadena?

Y entonces viene la aceptación. Acepta que eres vulnerable, que eres humana y puedes caer y fracasar (el fracaso no existe, es período de aprendizaje). Créeme, NO PASA NADA.

Y finalmente, te animo a que compartas tu sentir con otros humanos que como tu, sienten lo mismo. Guardar lo que nos pasa de la piel hacia dentro cierra la empatía con los otros y nos evita conectar con lo que nos hace iguales.

Sin dramas, por favor

La sociedad judeo-cristiana en la que estamos viviendo lleva en si misma el concepto de la culpa muy arrelada. Y aunque no seamos conscientes de ello, la culpa ha servido en múltiples ocasiones para que el chantaje emocional anestesiara nuestros anhelos profundos.

De modo que parece que el modo de volver al origen es desaprender, es observar, es cultivar la calma para ver por dónde sale la voz exigente y machacona que tira de esta culpa inconsciente para que sigamos por los raíles de lo establecido como normal.

Si quieres ponerte a trabajar en ello, calmar la mente para observarla bien de cerca, para aprender a darte cuenta de esa voz que te habla, de las emociones que te secuestran y volver a conectar con tu intuición y con la sutileza de la vida, entonces te animo a que te apuntes a la lista preferente del curso Calma tu mente y vive sin dramas que saldrá dentro de muy muy poquito.

¿Te vienes a vivir sin dramas?

 

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2 Comentarios
  • Priscila Suárez
    Posted at 14:43h, 26 marzo

    Gracias Alba por este artículo. De verdad muy enriquecedor. Abrazos.

  • Alba Ferreté
    Posted at 14:49h, 26 marzo

    ¡Gracias a ti Priscila! 🙂 Me alegra mucho que te haya servido.

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