
08 Mar Cómo educar a tu inconsciente
¿Te has preguntado alguna vez qué es lo que hace que, por más que te esfuerces en tapar tu malestar con un montón de actividades, éste siempre siga ahí? En función de cómo seas puede que hayas intentado distraerte con cosas varias: relaciones, ocio, viajes, formaciones, trabajo, compras… Pero también puede que, fruto de esta sensación de vacío, hayas acudido a profesionales de la salud que te han ayudado a entenderte pero que lamentablemente se han quedado en la superficie haciendo que tarde o temprano el malestar siga estando.
Atrapada en la rueda
Eso pasa. Es muy común. Igual que es común caer en el desespero, el derrotismo y la culpa al tiempo que nos decimos que “no tenemos arreglo” y nos sumimos en la queja y el victimismo porque no nos entendemos. Es como si hubiera una idea de fondo que nos dijera que “somos defectuosos”. Si tiramos del hilo, detrás de esta idea, subyace esa parte saboteadora que todos tenemos, susurrando bajito que nos estamos inventando todo lo que nos pasa, que no es para tanto, que somos unas dramáticas, y un montón de juicios más. Irremediablemente, esta voz interna es el vivo reflejo del rechazo y la soberbia que nos lleva a despreciar todavía más ese malestar que no entendemos porqué estamos experimentando. Es en este punto cuando nos perpetuamos en una rueda de hámster de la que cuesta mucho salir: me siento mal > hago algo para sentirme mejor > me sigo sintiendo mal > me juzgo y ¡vuelta a empezar!
Las respuestas están dentro
Pero, ¿qué pasaría si, desde el conocimiento de cómo funciona nuestra mente, supiéramos que este malestar no es un capricho de nuestra mente sino que es nuestro inconsciente mandando señales como buenamente puede para que liberemos información que nos está aprisionando? Desde esta perspectiva, en esta íntima y amorosa conexión de nuestro inconsciente con nuestro consciente, probablemente, nos pararíamos a escuchar, a bucear y a reflexionar. Con paciencia, sabiendo que tarde o temprano, eso que buscamos nos encontrará, que todas las respuestas las tenemos ya dentro y solo es cuestión de atenderse con la suficiente humildad como para reconocer que nos hemos despistado y nos hemos alejado de nuestro centro.
Tal vez entonces, la rueda del hamster sería menos rueda y lo viviríamos de otra forma: me siento mal > me doy tiempo para mirar dentro y comprender porqué > me permito desbloquear la emoción que me tiene atrapada > me perdono > me libero. Es un proceso complejo, a veces largo, pero tremendamente gratificante.
El inconsciente nos da señales
De hecho, si lo piensas detenidamente, ¿de qué forma que no sea a través del malestar en forma de incomodidad, de vacío, de frustración, puede nuestro inconsciente decirnos que nos hemos alejado de nuestra realidad esencial? Lo que vivimos a diario en nuestra mente es un 95% de contenido inconsciente intentando salir a la luz a través del 5% que ya está iluminado.
Cuando no permitimos que este ciclo de liberación se dé en nosotros, vamos contra natura. Y estarás de acuerdo conmigo que entonces, lo que se da, es una verdadera guerra interior. Una lucha entre lo que siento y lo que debería sentir; entre lo que pienso y lo que debería pensar; entre cómo soy y cómo debería ser.
Tal vez, eso de que somos nuestro peor enemigo se dé por sentirnos fragmentados. Entes vivientes compuestos de pedazos hechos de cuerpo físico, pensamientos, emociones y energía en vibración. Como si cada una de estas realidades no tuviera nada que ver con la otra. Como si la única que mandara de verdad fuera la mental y las otras estuvieran a su disposición. Y no nos estamos dando cuenta de que todo forma parte de una sola cosa. Es en la totalidad, donde reside la comprensión. Y el inconsciente es un gran aliado a pesar de que nos haga la puñeta.
Hazle caso al inconsciente
No le des la espalda, úsalo a tu favor para saber más de ti. Pregúntate dónde está el foco de tu frustración. Mira tu historia de vida, en qué tipo de episodios se repite este sentir. Qué dice esto de ti, de tu forma de ver el mundo, de lo que sostienes de más, de lo que sientes que te falta. De tus roles familiares. Y sobre todo, no desfallezcas. Descansa cuando lo necesites, pero no desfallezcas. Hay premio para las personas que se aventuran a transitar por el camino de las sombras, y está al otro lado del malestar.
Como ves, hoy quiero dedicarte este episodio a ti, por si estás pasando un momento complejo y no ves la salida. Por si sientes que no te quedan fuerzas y la confusión se apodera de tu día a día: esto también pasará. Y no solo eso, si te das la oportunidad de abrirte a las respuestas, éstas te encontrarán.
Una emoción que lucha por salir
Soy consciente de que muy a menudo no sabemos qué hace que nos sintamos mal. Yo misma me he tirado grandes temporadas en la confusión, a veces incluso años. Pero siempre pongo en una balanza: ¿Qué me compensa más, quedarme a vivir en el malestar o hacer algo para liberarme de mi propia trampa? Creo que la respuesta está clara.
Ten en cuenta que a pesar de que las distorsiones cognitivas suelen ser el origen de gran parte de nuestro sufrimiento, más allá de ellas, hay una emoción no observada que pulsa por salir. Algo que quedó bloqueado en nuestro psico-cuerpo y que se ramifica de formas insospechadas, buscando una salida. Y, tarde o temprano, la encontrará.
¿Qué puedes hacer?
Cuando hablamos de inconsciente, hablamos de:
- Inconsciente colectivo.
- Inconsciente genómico, hace referencia, simple y llanamente, al colosal número de instrucciones que, contenidas en nuestro genoma, guían la construcción de nuestro organismo con los rasgos y caracteres de nuestro fenotipo, en lo relativo tanto al cuerpo como al cerebro, y que como tales contribuyen al funcionamiento del organismo.
- Inconsciente emocional, el hipocampo empieza a intervenir a partir del segundo o tercer año de vida, con la consecuencia de que, en los primeros años, la experiencia y el aprendizaje se registran en la amígdala como recuerdos emocionales inconscientes que tienden a ser globales, generalizados y, por lo tanto, desmesuradamente influyentes.
- Inconsciente cognitivo, que el psicólogo Manuel Froufe de la Universidad Autónoma de Madrid define de la siguiente forma: “Entendemos por inconsciente cognitivo todo desarrollo de representaciones y manejo de la información de las que las personas que llevan a cabo tales operaciones no tienen un conocimiento directo o privilegiado, diferente al que pueda tener cualquier observador externo apropiado. Por tanto, se trata de una realidad mental a la que los sujetos no tienen acceso introspectivo y, por tanto, no pueden dar cuenta explícitamente de ella. Sólo puede ser inferida a través de sus efectos en la conducta o en algún parámetro psiconeurofisiológico”.
Cómo educar a tu subconsciente
Dicho esto, las propuestas para educar a nuestro inconsciente y entender mejor qué quiere decirnos son las siguientes:
- En primer lugar, la reflexión. Para mí es el eje central. Todas mis formaciones, procesos individuales y obviamente los podcasts, se basan en procesos de profunda reflexión cuyo objetivo es cuestionar las ideas preconcebidas de nuestros esquemas mentales. Es al preguntarte cosas donde activas la autoconciencia y vas más allá del piloto automático.
- En segundo lugar y muy atado al primero está el conocimiento. La información es poder… tal vez, mejor dicho, la información es poderío. Y la falta de ella, motivo de muchas invenciones mentales. Entender cómo funciona la mente, saber de qué bebe, cuál es nuestra biología, el porqué pasan las cosas, etc. y luego contrastarlo con nuestra experiencia vivida, nos ayuda a entendernos y por ende a liberarnos.
- Y en tercer lugar, como ya te puedes imaginar, está el entrenamiento de la mente. Al meditar y practicar la atención plena, permitimos que se creen mayores conexiones entre las emociones, que se encuentran en la amígdala y la corteza cerebral que es la que regula la razón. De forma que nos permite procesar la información inconsciente con mayor calma y serenidad sin dejarnos atrapar por el pensamiento y las reacciones automáticas.
Este mes de marzo voy a lanzar algunas propuestas que incluyen estas 3 patas indispensables para el manejo de tu mente inconsciente y por lo tanto para tener herramientas para conocer y gestionar tu mente y tus emociones.
Si quieres estar al día de todo, te animo a que te suscribas a mi web y te lleves de regalo acceso gratuito a la guía mindfulness “De piloto a automático a acción consciente en 7 días” que incluye pautas mindfulness y meditaciones guiadas.
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