
17 Sep No estás aquí para ganarte la vida
Hoy quiero hablarte sobre esta frase lapidaria:
HAY QUE GANARSE LA VIDA.
Es una gran mentira que se nos inocula dentro de la mente ya desde pequeñitos, sobretodo por la idea colectiva de que hay que esforzarse para ser merecedor de esta vida.
No estoy aquí para cuestionar los designios de la consciencia y el porqué o el para qué esto ha sido así hasta ahora; pero llegados a este punto de la historia sí que creo que es necesaria una actualización del sistema.
Aquí tienes el post en formato podcast:
Vivir desde el miedo
La idea de tener que ganarse la vida lleva implícita la creencia de que no soy merecedora de ella y que por lo tanto tengo que hacer mil malabarismos para poder ganármela. Esto, me conecta directamente con la escasez, y la escasez con una de las emociones más densas que existen, que es el miedo.
Cuando estoy en miedo, como de algún modo físico o emocional mi supervivencia está en juego, entonces me comparo, soy competitivo con los demás, me critico, me juzgo, etc. Y sobretodo, me siento incompleto de forma permanente. Y así es como se perpetúa la sensación de insatisfacción que me acompaña en todo momento.
En tu vida cotidiana esto se traduce en que le das más espacio al ruido exterior que al silencio interior, que no pones límites, que no decides qué quieres y qué necesitas, que dejas que los demás decidan por ti.
Eres un títere del sistema y de las expectativas ajenas.
Y esto es especialmente cierto en el ámbito laboral, que bajo esta idea de fondo de «ganarse la vida», aguantamos carros y carretas para cumplir las expectativas de un ego miedoso que solo ve muerte y destrucción (y que dicho sea de paso, no tiene para nada en cuenta cuáles son tus fortalezas).
Ya tienes la vida ganada
Te planteo otro punto de vista.
¿Qué pasaría si en vez de creer que tenemos que ganarnos la vida, sintiéramos que ya la tenemos ganada por el simple hecho de estar vivos? ¡Ya estas aquí! Eres merecedor porque ya estás en ella.
Pues sucede que entonces la vida como tal se transforma en un espacio de experimentación y expansión de mi propio Ser. Me permito ser quién soy y articular y entregar mis fortalezas al mundo.
Dicho de otra manera, me permito ser la persona abundante que ya soy de por sí.
Gran parte del «problema» es que estamos acostumbradas a que nos digan qué tenemos que hacer, cómo tenemos que ser y en general tenemos mucha desconexión sobre lo que queremos de verdad, lo que nace del corazón.
Y claro, tampoco nos enseñan a ello, al cultivo de este espacio interior.
No sabemos cómo responsabilizarnos de nuestro sentir, de aquello que pasa de la piel hacia fuera y ponemos todo el foco hacia el exterior.
Por eso, Mindfulness se presenta como una de las grandes soluciones a esta situación. Abre una ventana hacia el interior que te permite observar cómo impacta lo que hay fuera, dentro de ti; te permite conectar con tus fortalezas, observar tus creencias limitantes, bajar el ruido de tu mente y un largo etc.
Mindfulness te ayuda a que te des cuenta que la vida es tuya y tienes derecho a vivirla permitiéndote expresar quién eres.
En unas semanas abriré la convocatoria al curso «Productividad sin estrés«. Un curso Mindfulness de 8 semanas para, precisamente, sacar a la luz todo el potencial calmado y consciente que llevas dentro.
Esta edición está muy enfocada al ámbito laboral, para que veas que esto de ganarse la vida es solo una opinión como cualquier otra 😉
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