
19 Mar La incómoda verdad del espejo
Hace ya un tiempo, cuando inicié el blog en The Mindful Room, te hablé sobre el juego de los espejos. Pero no ha sido hasta hace algunas semanas, cuando publiqué el post sobre la pareja como espacio de aprendizaje y volví a sacar el tema (de hecho, lo saco siempre que puedo), que desde Instagram creció el interés por saber más sobre el tema.
Así que esta semana he querido ampliar la información sobre la ley del espejo. Porque entiendo que entremos en negación cuando alguien nos dice que lo que te molesta del otro en realidad habla de ti. Y lo entiendo porque me pasó igual cuando hace años me dijeron que lo que no soportaba de mi jefe de ese momento era en realidad algo no observado en mi interior.
La verdad, me sentó fatal.
Pero el tiempo, el autoconocimiento y la observación consciente me ayudaron a darme cuenta que, efectivamente, lo que me molestaba de ese bendito jefe, hablaba de mí.
Y como esto no es una ciencia exacta, te traigo hoy los matices sobre la ley del espejo. Que no todo es causa, consecuencia… A veces hay que ir más allá.
Si quieres escuchar este post en formato podcast, puedes hacerlo desde Spotify, iTunes y iVoox o haciendo a través de este reproductor:
Antes de empezar
La Ley del Espejo nace de la premisa que cada uno de nosotros interpreta la realidad a través de su propio mapa. Un mapa personal, intransferible y único que nace de creencias, experiencias, valores, emociones, etc. que han impactado en nuestra vida gracias a la familia en la que vivimos, la sociedad en la que estamos, la educación que recibimos, etc.
Ya de entrada eso te dice que el mundo es un crisol de mapas propios que interactúan entre ellos.
Y ese es el motivo de que tal vez a ti algo te moleste horrores, pero a la vecina le resulte indiferente. Tus reacciones hablan de tu mapa, no del suyo.
Claro que podéis compartir partes del mapa, pero jamás será el mapa completo. Y esto está bien así.
Pero me parece importante avisarte que para adentrarte en el mundo de comprensión del espejo hay que también cultivar la humildad para reconocer cuando estamos vertiendo en el otro lo que es nuestro, la autocompasión para perdonarnos cuando nos hemos equivocado y aplicar si o si el músculo del darse cuenta y los principios del Mindfulness para cultivar el hábito de una mente en calma.
Todo empieza con el drama
El primer paso para darte cuenta que hay un reflejo impactando directamente en ti es cuando experimentas exageración o drama en tu sentir. Cuando te obsesionas por algo, cuando no puedes dejar de magnificar una situación o persona… Ahí hay drama. Y si, te han reflejado algo que no ves.
A partir de ahí se trata de hacer un proceso de auto indagación para descubrir de qué te está hablando.
Hoy en día, que parece que todo el mundo tiene la piel tan fina, que todo sienta mal, en realidad habla de la profunda desconexión interior que padece la sociedad y de lo poco que se soportan las personas a sí mismas.
Así que cuando veas a alguien como un energúmeno por lo que le has podido decir, si tú sientes que lo has dicho desde la coherencia y sin maldad, no te lo tomes personal. En realidad has apuntado a un aspecto suyo por observar que no es capaz de gestionar y simplemente lo saca al exterior. Es su película, no la tuya.
Los principios del espejo
Como te decía antes no todo es blanco o negro. Ni es tan directo “causa-consecuencia”. Solemos tener que ver un poco más allá, indagar hacia dentro. Trascender las apariencias para ver qué trae el espejo.
Hay matices, y son los siguientes:
1. Cuando el otro nos muestra algo nuestro que no queremos ni ver ni aceptar: Y añado que no siempre estamos en el momento de verlo o aceptarlo. La vida nos lo trae, nosotras decidimos qué hacer con eso que trae.
2. Cuando el otro nos muestra algo que es justo lo contrario a nosotras: esto es lo que me pasaba a mi con mi jefe, que te contaba antes. Yo lo veía como un arrogante engreído y me reflejaba la falta de valoración propia y lo poco que yo creía en mí. La comparación hacia peor, el sentirme menos.
3. Cuando tenemos expectativas en el otro y lo controlamos y manipulamos para que sea como nosotros queremos: las expectativas hablan de nuestras creencias sí o sí. De cómo creemos que deben ser las cosas. Si el otro no sigue ese patrón, nos enfada porque el proceso manipulador y controlador de hacer encajar al otro en nuestra mirada no funciona. Ahí salen chantajes emocionales y cosas de este estilo.
4. Cuando lo que nos trae el otro que no nos gusta, lo hacemos sin querer a terceras personas: Para mí implica humildad para reconocer que sin querer podemos haber herido a terceros y al mismo tiempo valentía para realizar acciones que palíen nuestro error.
Atención, atención, atención
Y ya ves, que si no estás atenta, ¿cómo puedes saber que el drama en el que vives en realidad habla de ti?, ¿cómo puedes identificar lo que el otro te trae si ni tan siquiera sabes interpretar tu mundo interior?
El curso Calma tu mente y vive sin dramas que saldrá en pocos meses tiene precisamente este objetivo: ayudarte a experimentar la libertad interior fruto de trascender la tiranía de tus pensamientos y emociones que nace de aprender a cultivar una mente en calma.
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