¡Sácale jugo a la preocupación! • Alba Ferreté | The Mindful Room

14 Ene ¡Sácale jugo a la preocupación!

Esta semana quiero hablar sobre algo que por algún motivo está saliendo muchísimo en los procesos individuales. Cuando esto sucede me da siempre la sensación que es el universo mandando señales para hablar abiertamente del tema, sin tapujos. Así que allá voy!

Hoy quiero hablarte sobre la preocupación.

En primer lugar creo que es importante tener en cuenta que la palabra preocupación habla de ocuparse de algo antes de tiempo. Esto que es una evidencia (a poco que veamos cómo se escribe la palabra ya nos daremos cuenta) es algo que pasamos por alto constantemente.

Y constantemente también, sufrimos una y otra vez del mismo mal. Porque aunque ya hayamos visto en más de una ocasión que las películas rocambulescas que nos montamos tienden a no ser reales y tienden a no cumplirse, seguimos perpetuando el patrón de anticipación como si no hubiera un mañana.

¡El exceso de ruido es francamente exagerado!

Esto es así por una sencilla cuestión de supervivencia de la especie. No quiero adentrarme mucho en el tema pero que sepas que es la mente más primitiva procurando por tu seguridad… pero claro, ¿hasta qué punto estamos dispuestos a aguantar? ¿realmente necesitamos tanta tanta protección? ¡Ya no estamos en la selva!

Pongamos por ejemplo que es viernes, estás en una cena con los amigos, y tu no paras de pensar en los nervios que te genera la reunión que tienes el miércoles. Lo que realmente está sucediendo en momento presente es, por un lado, que aunque tu cuerpo está con tus amigos tu no estás; y por otro lado, que estás derrochando una cantidad ingente de energía repasando mentalemente una y otra vez lo que sucederá en esta reunión pero no estás haciendo nada al respecto.

En definitiva, estás perdiendo el tiempo tontamente (inconscientemente, lo sé).

Cuando esto sucede y nos damos cuenta, la tendencia es recriminarnos una y otra vez. Nos decimos que «somos obsesivos» que «somos paranoicos» y una larga retahíla de etiquetas. Todas ellas falsas, por cierto.
Porque eso no eres tú, eso es tu mente, que está entrenada así.

Otra cosa que hacemos es intentar no pensar. Hacemos lo que sea para que esa idea que viene una y otra vez a la mente se vaya. Hay quien lo hace con el deporte pero también hay quien lo ahoga en alcohol, drogas o consumismos varios. La cuestión es distraernos.

Desde mi punto de vista todas las opciones son malas si lo que pretenden es esconder lo que consideramos un problema. Más que nada porque cuando escondemos las cosas, se pudren. Y luego la bola se hace mayor.

Así que me parece importante ofrecerte otra forma de tratar con la preocupación: ESCÚCHALA.

Ten una cita con tu preocupación y deja que hable.

La preocupación habla de algo en nuestro interior que quiere ser atendido, algo que está reclamando tu atención de una forma casi exagerada. Y siempre, siempre, siempre es muy importante preguntarse ¿qué hay detrás de esta obsesión?

Volvamos al ejemplo de antes. Supongamos que el miércoles tienes una reunión y tu mente no hace más que preveer todos los posibles escenarios de lo que va a suceder. Esto no es otra cosa que el cuerpo mental intentando dar salida a lo que tu cuerpo emocional está sintiendo: UN MIEDO ATROZ!

Por más vueltas que le des eso seguirá siendo así, el miedo estará allí. Forma parte de cerebro reptiliano y la información viaja a una velocidad increíble.

Lo que sí puedes hacer es usar la mente como la potente herramienta que es.

Te cuento como:

  1. Reserva un espacio para ti. Un par de horas, no hace falta más.
  2. Ponte una vela si quieres; recuerda que estás de cita con tu preocupación y queremos que se sienta cómoda para hablar.
  3. Empieza a escribir todos los escenarios que tu mente preocupada está generando alrededor del problema. En definitiva, da respuesta a la pregunta ¿qué es lo peor que podría pasar?
  4. Ahora utiliza tu mente para analizar, que eso sí se le da muy bien. Anota escenario por escenario cómo resolverías esa catástrofe en el supuesto que eso se generara.

Por ejemplo, «lo peor que podría pasar en la reunión del miércoles es que me quede en blanco y no sepa por dónde tirar«. Posible solución: prepararme unas tarjetas con los puntos clave a tratar y recurrir a ellas en caso de que no sepa avanzar.

Soy consciente de que este es un ejemplo tonto, pero es tremendamente efectivo. Desarrolla tu capacidad creativa y resolutiva y sobretodo te aleja del estado de drama del que se alimenta tu mente.

Se trata de algo tan sencillo como pasar de un estado de preocupación a uno de ocupación.

Es muy complicado alcanzar la calma mental cuando no nos ocupamos primero del ruido que se genera en nuestra mente. Meditar, hacer yoga o andar por el bosque sin hacer una observación previa de lo que nos limita puede llegar a ser muy frustrante porque no alcanzamos el estado de tranquilidad que esperábamos.

Por eso no creo mucho en la idea new age de apartar al ego para conectarnos con lo espiritual. Y por eso, en el método que he desarrollado de acompañamiento individual, hay una primera fase de analizar aquello que nos limita para luego entrar en la zona de calma y presencia.

El poder de la mente es ENORME y quiere de tu atención, aunque sea teniendo mini citas con vela incluida en los que te pares a contemplar qué es lo que está queriendo comunicarte desde el inconsciente.

Por mi parte decirte que en estos momentos tengo la agenda abierta para nuevos procesos en los que trabajaremos a fondo emociones y creencias limitantes, veremos cómo integrar la luz y la sombra y aprenderás herramientas para alcanzar el estado de serenidad que quieres. Te dejo aquí mismo el enlace a la página y todo cuanto tienes que hacer es rellenar el formulario que encontrarás. Así haremos la primera sesión de valoración que es totalmente gratuita para evaluar tu caso y ver cómo abordarlo.

>> ¡Haz clic aquí y que empiece el cambio!

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