
10 Sep El falso mito de la multitarea
La multitarea no existe. Y te diré más, intentar ser multitareista lo único que te traerá es estrés, ansiedad y mala calidad de vida.
La multitarea está relacionada con la mente de mono, esa que va de un lado a otro todo el día, sin atender realmente a nada, en constante movimiento pero sin foco. Como un mono que pasa de rama en rama en un árbol.
Mi intención para el post de hoy es que cambies la percepción de lo que es hacer muchas cosas a la vez. Porque, lejos de estar orgullosos de ello, deberíamos cuidarnos más de hacer una cosa tras otra como muestra de salud y autocuidado.
Si prefieres escuchar este post, puedes hacerlo desde aquí:
Los datos lo demuestran
En el año 2009 Clifford Nass de la Universidad de Standford quiso hacer un estudio a estas personas multitarea. La idea era ver cómo funcionaba el cerebro de estas personas, qué peculiaridades y rasgos propios tenían para ser capaces de desarrollar tantas actividades a la vez.
Los resultados fueron sorprendentes.
Nass descubrió que no solo eran malos en prácticamente todo lo que hacían, sino que además eran poco eficientes.
La multitarea va reñida con la productividad.
¿De dónde nace el concepto de multitarea?
En los años 70, y ya introduciéndose en el mundo laboral los ordenadores, se empezó a acuñar el término de la multitarea. Se creía que los ordenadores eran capaz de ejecutar procesos de forma simultánea, en multitarea.
Sucedía que al ejecutarlos a alta velocidad parecía que lo hacían a la vez, cuando en realidad se ejecuta de manera concatenada.
Con el paso del tiempo este término empezó a referirse a personas que hacían muchas cosas a la vez. Hasta hoy, que paradójicamente hay empresas que buscan personas que sean multitarea, como si eso fuera sinónimo de una alta productividad.
Una cuestión biológica
Obviamente podemos hacer dos cosas a la vez. Podemos andar y hablar por teléfono, por ejemplo. La cuestión es que no podemos centrarnos en dos cosas a la vez.
Si estamos hablando por teléfono mientras pasamos por un camino de piedras y algo peligroso, o bien no atenderemos a la conversación, o bien puede que nos caigamos.
Nuestra atención se posa SOLO EN UNA COSA.
Esto es así porque tenemos distintos canales para procesar la información, pero las decisiones conscientes se toman en el córtex prefontal.
Si se cruzan los canales, la atención se divide. Por lo que no atendemos al 100% a ninguna de las cosas, y por lo tanto estamos sujetos a que haya mayor margen de error.
Las consecuencias de una mente multitarea
Vivir constantemente en modo multitarea, haciendo siempre mil cosas a la vez, tiene sus consecuencias.
Para mi, la más importante es la pérdida de energía. El desgaste que genera ir desaparramando tu atención en mil cosas. Eso implica llegar a casa con la cabeza hecha un bombo sintiendo que no has avanzado mucho y has sido poco productiva.
A nivel laboral, dividir tu atención afecta directamente en tiempo de ejecución y eficacia. Perdemos mucho tiempo intentando reorientar nuestra atención en lo que es importante.
Como dato curioso, decirte que el 28% de nuestra jornada la dedicamos en reajustar esta atención debido a la multitarea.
Y obviamente, más allá de lo laboral, está el hecho que los multitareistas cometen más errores, toman peores decisiones, sufren mayor índice de estrés y ansiedad y en general tienen una peor calidad de vida.
La pregunta parece evidente, ¿cuál es el coste que estás pagando por dejarte llevar por las distracciones en tu vida personal?
Ante esta falta de gestión del tiempo y todo lo que ella implica (límites, anclaje interior, capacidad de foco, etc.) Mindfulness se posiciona como una solución a largo plazo. Te ayuda a anclarte en el momento presente atendiendo LO QUE HAY y te ayuda a priorizar.
El tema de la multitarea y cómo salir de la mente de mono es algo que trataremos a fondo en el curso «Productividad sin estrés» que saldrá en Noviembre.
Si quieres apuntarte a la lista preferente, suscríbete aquí! 😉
No hay comentarios