
04 Dic Cómo gestionar las opiniones ajenas
Una oyente de «Cómo vivir con calma mental» me mandó las siguientes preguntas: «¿Por qué tenemos tantas inseguridades de nosotros mismos?, ¿por qué nos dejamos llevar por lo que el otro dice?, ¿como aprendemos a confiar en nosotros mismos?»
Y bueno, me gusta dar salida a este tipo de inquietudes porque al final responden a cosas muy del día a día, muy de esa dimensión tan humana y al mismo tiempo tan incomprendida.
Para mí, la pregunta resumen es: ¿cómo hago para escucharme más a mí que a los demás?
En mi caso, hasta ahora ha sido muy ensayo-error. Y gran parte del «problema» siempre ha acabado viniendo de no confiar en mi intuición. Desoír aquello que la intuición te chilla a pulmón para dar paso a la razón, a lo lógico-racional, a lo que dice la sociedad que «tiene que ser».
Pero ¿qué o quién demonios es la sociedad? Yo también soy sociedad.
Con el tiempo me doy cuenta que «sociedad» son las creencias que flotan en el inconsciente colectivo y que se han adueñado de las mentes pensantes de todo aquél o aquella que decida ejecutarlas.
No hay más.
La buena noticia es que puedes desprenderte de ellas y reprogramarte para ver otra posibilidad. La mala, que es posible que muchas de las personas que hay a tu alrededor no pensarán como tú.
Así que es importante aprender a pensar por una misma y saber cómo gestionar que los otros piensen distinto.
La paradoja de las opiniones ajenas
Cuando tú opinas A, y el otro opina B, ambos estáis al mismo nivel. Dos personas discrepando y viendo las cosas de manera distinta.
Lo que para mí es paradójico, es que lo que determina que A o B se sienta mal es la mayoría crítica. Es que las ideas de uno y de otro se respalden por el mayor número de personas posibles. Que más o menos personas experimenten una serie de creencias limitantes o abundantes con relación a lo que tú dices, sientes o quieres hacer.
Me parece muy bestia.
¿Sabías que en los años 60 se creía que fumar era bueno para la salud? ¿o que Galileo fue condenado por hereje al respaldar la teoría de Copérnico de que la Tierra gira alrededor del Sol?
Un ejemplo personal más próximo. Hace unos años me oí decir que esto de la meditación era solo para unos pocos colgados sectarios que querían vivir del cuento… Y resulta que la ciencia ha más que demostrado los efectos beneficiosos de la meditación en la salud y ahora colegios y empresas incorporan prácticas contemplativas a sus actividades diarias.
¿Por qué te cuento esto? Pues porque lo que piensa, dice o hace la mayoría no tiene porqué ser la mejor opción ni la verdad absoluta. Simplemente es una creencia más extendida.
De ti depende hacerle caso o no.
¿Por qué tenemos tantas inseguridades?
Pasamos gran parte de nuestra vida en un contexto concreto, con unas ideas preconcebidas y arropadas bajo el manto del status quo. Si sigues el camino marcado, todo irá bien. Si no, a la hoguera.
En el fondo hay un profundo miedo al rechazo y al mismo tiempo una lucha interior entre la mente y el corazón.
Sentirte insegura ante lo que quieres hacer es indicador que estás camino de salir de la zona de confort y experimentarte por ti misma, más allá de lo socialmente establecido.
Por eso, puedes afianzar tus ideas inspirándote en aquellos y aquellas que como tu han logrado lo que tanto quieres. Experimenta poco a poco tu realidad deseada y cuando sientas que es el momento, ve más allá.
¿Por qué nos dejamos llevar por lo que el otro dice?
La clave de la pregunta es «nos dejamos llevar». ¿Hacia dónde? Hacia el punto de partida. Ese espacio conocido, calentito, en el que ya sabemos qué sucederá… El otro nos hace de espejo; esa parte de nuestra mente a la que le aterra lo desconocido, que conecta con tus creencias primigenias.
El otro se encarna en tu miedo más profundo y claro, te dejas asesorar. Vaya a ser que sufras, vaya a ser que te lastimes y te hagas daño, vaya a ser que vivas plenamente y en este vivir sientas que duela.
Vivir, madurar, hacerse mayor es responsabilizarse de las propias decisiones. Es atreverse a salir de lo conocido. Duela o no duela.
¿Cómo aprendemos a confiar en nosotras mismas?
Confiar en nosotras mismas implica, bajo mi punto de vista, dos procesos integrados. Por un lado, cultivar el silencio para escuchar a la intuición, y por el otro, trabajar la mente para que el enanito gruñón que vive en ella no nos haga la vida imposible.
Por eso, en las sesiones de coaching transpersonal trabajamos en paralelo lo que para mí, son las raíces de la autoconfianza (los valores, las creencias y los miedos) junto con el cultivo de una mente en calma gracias a la meditación y al Mindfulness.
Nos apoyamos en los valores. Revisamos las creencias. Trascendemos los miedos. Calmamos la mente. Conectamos con la intuición.
¡Tu turno! ¿Sientes a menudo que desconfías de ti y de tu intuición? ¿Qué haces para gestionarlo?
Uberto
Posted at 09:32h, 02 eneroLo más importante es concentrarse no tanto en las opiniones ajenas sino en nuestra vida. También en nuestros estudios o trabajo es importante que uno sepa como gestionarlo y use para esto herramientas adecuadas como por ej. kanbantool.com/es y esto creo, es lo más importante en conseguir el nivel de felicidad y productividad muy alto.
Alba Ferreté
Posted at 09:48h, 02 eneroHola Uberto,
gracias por tu comentario 🙂 Es interesante lo que comentas, especialmente en lo que se refiere a la productividad y la consecución de los objetivos. Pero desde un punto de vista Mindfulness, la idea es poner atención en el Ser más que en el Hacer.
Por ello, el cultivo de técnicas contemplativas que nos permiten bajar el ruido de la mente y subir sonido de la intuición, nos permite por un lado pasar a este modo Ser, y por el otro, andar hacia nuestros propósitos con mayor coherencia interior.
Me apunto la página para el kanban. ¡Gracias por compartir!
Un abrazo,
Alba.