
11 Ene Cómo lidiar con el rechazo de los demás
El hecho de querer ser vistos, amados y reconocidos lo llevamos impregnado en nuestra esencia más ancestral de formar parte de una tribu. Por eso, el miedo al rechazo es de los más comunes ya que radica en nuestra parte del cerebro social para sobrevivir en comunidad.
En el momento social en el que nos encontramos, en el que se están polarizando todas las sombras, ese miedo al rechazo está cobrando aún más intensidad de lo habitual. Hay mucho juicio y una necesidad de definición entre lo bueno y lo malo, aunque no existan como tal, y eso hace que la sensación de rechazo aflore. Así que todos somos susceptibles, en un momento u otro, de sentir la sensación de rechazo.
Con todo esto, tenemos que tener en cuenta que no podemos ser afines a todo el mundo y que, además, cada decisión implica rechazar otra cosa.
Un miedo ancestral
Como decía, el miedo al rechazo de los demás es ancestral, nos viene de nuestra parte primitiva en la que nuestra supervivencia estaba en peligro si no éramos aceptados por la tribu. Por ello, desde pequeños, dejamos de ser quiénes en realidad somos para encajar a lo que la sociedad espera de nosotros (eso lo comenté con detalle en el podcast del yo idea y yo ideal de hace unas semanas).
Y llega un punto en el que nos echamos tanto de menos, que buscamos llenar el vacío interiorque irremediablemente sentimos con la necesidad de aprobación del exterior y su consecuente apego.
Qué es el apego a la aprobación
Se trata de la dependencia que nos genera la mirada ajena. Demandamos al exterior lo que no nos atrevemos a darnos a nosotros mismos. En este caso del miedo al rechazo, lo que no nos estamos dando es reconocimiento. Y con reconocimiento no quiero decir darnos palmaditas en la espalda, sino abrazar toda la luz que tenemos dentro, la grandeza de quienes somos simplemente por el hecho de ser.
¿Por qué generamos apego?
Generamos apegos de este tipo porque tenemos mucho miedo de nuestra propia luz, de ver toda nuestra grandeza. Nos incomoda darnos cuenta que llevamos mucho tiempo sin dejarnos ser de verdad y dejando de reconocer nuestra grandeza.
La culpa como detonante
Y todo este entramado de resistencias y lealtades tóxicas viene articulado por la culpa. La culpa es una emoción completamente anti-natural. No nacemos sintiendo culpa, es algo que vamos desarrollando a medida que vamos creciendo. La culpa es un constructo que se manifiesta por tres cosas: culpa por hacer, culpa por tener, culpa por ser. Y cómo ya puedes imaginarte, es esta última, la culpa por ser, la que limita en gran medida nuestra propia expresión.
Como nos sentimos culpables por ser, tenemos un gran vacío interno, cuya incomodidad nos hace ir a buscar aprobación fuera. Así evitamos reconocer nuestra propia luz y evitamos el dolor que nos produce habernos desconectado de nosotros hace tiempo.
La gran paradoja
Queremos librarnos del rechazo de los demás, pero sabemos que no podemos entrar en su mente para hacerlo… ¡es imposible! Por ello, debemos trabajar en nuestra mente.
Al permitirnos ser, nos convertimos en pura inspiración para los demás. Y sí, ser coherente con quien realmente eres es muy complejo. Y no solo por lo que la sociedad y el entorno esperan de ti, sino (y especialmente) por esa parte interna nuestra que está programada para agradar y tiene esa necesidad de pertenencia.
La broma de todo esto, es que quien sentimos que nos rechaza, tiene el mismo miedo que nosotros, a ser rechazado por otros.
Si una persona te rechaza, seguramente es porque siendo tú coherente contigo misma, pones en entredicho su propia incoherencia. Y eso no es algo que nosotros debamos acarrear, forma parte de la gestión individual de cada uno.
¿Cómo lidiar con el rechazo de los demás?
Así que, en definitiva, la única forma de lidiar con el rechazo de los demás es poniendo el foco en ti, trabajando en la culpa que sientes por ser, por hacer, por tener y permitirte expresar tu propia luz al completo. Para ello, indaga en lo que te hace ser valiosa y única. Descubre tus áreas de excelencia y ponlas a disposición de tu felicidad y del mundo.
No hay forma más valiosa de lidiar con el rechazo de los demás que trabajar y pulir tu luz interior para vivir en paz y serenidad interior. Pon el foco en la conexión interior y la intuición e irás conectando con lo que necesitas.
Recuerda que el mindfulness es un gran aliado para esto. El primer paso para llegar a la conexión interior es la conquista de la mente parlanchina. En mi página web tienes varios recursos para practicar el mindfulness, como por ejemplo la Guía mindfulness totalmente gratuita.
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