
05 Abr Cómo reconocer al clan familiar
La crítica interior, esa parte auto-saboteadora que todos tenemos dentro, a veces parece que va por libre, ya que piensa, actúa y siente de una forma concreta. Tiene mucho de perfeccionismo, autoexigencia y necesidad de control, entre otros. Por lo que nos provoca un nivel de presión bastante elevado, ya que nos activa el control sobre lo que pensarán los otros de mí, busca la excelencia en todos los actos, no permite abrirse a nuevos horizontes, etc.
Este personaje interior bebe de la necesidad imperiosa de ser vistos, ser reconocidos y ser amados que tenemos cuando somos pequeños, que se nos activa con la necesidad de pertenecer vinculada a la supervivencia.
Es decir, haremos lo que sea para pertenecer al clan. Y es ahí donde nacen las fidelidades familiares, para seguir formando parte de nuestra estirpe, con sus creencias conscientes e inconscientes incluídas. Es en este contexto, donde se crean los esquemas de pensamiento desadaptativo y, con ellos, las múltiples distorsiones cognitivas que vivimos a menudo. El creer que tengo que controlarlo todo, que todo recae en mí y que tengo que llegar a la excelencia en todo, esto ya es una distorsión en sí misma, y forma parte de un esquema concreto.
Una mente rígida
Pueden haber grandes dosis de rigidez internas que beben de ideas preestablecidas, heredadas directamente del clan familiar. En el momento en el que nos abrimos a la posibilidad de hacer las cosas distintas en relación con este personaje auto-saboteador, puede aparecer de una forma muy evidente el miedo, inseguridad y ansiedad. El hecho de abrirse a nuevos caminos de experimentación, puede llevarnos a pensar que el clan nos rechazará, y con ello, dejaremos de pertenecer y de ser reconocidos.
Este es el punto clave de lo que tiene que ver con las fidelidades familiares. Es el tema central por el cual no nos permitimos cambiar, por el vínculo de la familia.
Clan, no clon
Pero a esta mente rígida, muchas veces se le pasa por alto una cosa: que formar parte de un clan, no tiene porque significar ser un clon. Cuando vivimos dependiendo de estas fidelidades familiares, estamos viviendo a la imagen de papá y mamá. Incluso cuando lo que hacemos y sentimos tiene como base la huida del propio sistema, el clan también está actuando de fondo. Estamos dejando que personas que ya estaban antes que nosotros apareciéramos, condicionen nuestro presente para bien, o para mal. No hay verdadera libertad interior siempre que sintamos el condicionamiento o la deuda con el clan.
La mente auto-saboteadora está más pendiente de mirar atrás, que de mirar al presente o al futuro. Está más anclada en esquemas de pensamientos antiguos que en la adaptación real a la sociedad actual.
No podemos exigirles a las personas que nos precedieron ciertos conocimientos, ellos nos dieron lo que nos dieron en base a su nivel de consciencia, a la realidad de ese momento y a su sistema de creencias. Según mi parecer, es muy injusto que, desde nuestro presente podamos ir a nuestros abuelos a recriminarles por qué hicieron o dejaron de hacer. Y, por consiguiente, no tiene mucha razón de ser que nosotros, desde nuestro presente, con nuestra realidad actual, intentemos saciar una serie de requisitos que beben de sistemas antiguos de pensamiento, porque probablemente estos sistemas hayan quedado caducos.
La fidelidad también es agradecer
Si tú quieres honrar a tu clan, lo que tienes que hacer es evolucionar, reestructurar esas creencias que hayan quedado obsoletas.
A nivel biológico, lo que se espera de tí es que te expandas, que dejes espacio para permitirte revisar cuestiones internas y externas que tus padres no pudieron permitirse analizar. Es decir, se trata de honrar a tu familia permitiéndote ser quién eres.
Cuando empezamos a abrirnos a esta posibilidad, la fidelidad familiar empieza a cambiar, porque se ha convertido en honrar a la familia desde el agradecimiento, lo que nos han enseñado.
Y con esto que nos han dado, vamos a utilizar la maravillosa alquímia interna para poder entregarlo desde una perspectiva totalmente distinta que lleve a nuestro sistema a evolucionar, a adquirir nuevos conocimientos, a aprender a gestionar las emociones para que las generaciones venideras no tengan que preocuparse de núcleos de dolor que ya estarán solucionados.
¿Qué es lo que te ha dado tu clan que necesita ser honrado?
No son creencias concretas o comportamientos concretos, sino que es la vida misma. Todo tu clan, tus padres, abuelos, bisabuelos, todo el clan entero, te ha dado lo más importante que tienes: tu vida. Así que el “único” deber que se espera de tí es que la vivas, de la forma que sea más coherente para tí, de una forma presente, de una forma libre, sin todas esas cuestiones inconscientes que pueden estar limitando tu expansión.
Es decir, lo “único” que se espera de tí es que dejes de ser ese niño o esa niña que necesitaba la aprobación de los adultos del clan, con toda sabiduría, para que te conviertas en ese adulto que construye su propia sabiduría en base a conocimiento y experiencia y que tomes decisiones conscientes, coherentes y meditadas, a pesar de que tal vez esas decisiones puedan contradecir algunas de las que forman parte del clan.
Si tenemos presente que la vida no nos pertenece, sino que nosotros pertenecemos a la vida y que ella se manifiesta a través de nosotros, tal vez entonces nos daríamos el permiso de vivir lo que nuestro yo profundo anhela de forma clara más allá de las exigencias de un clan basado en estos esquemas antiguos y caducos y que limitan la evolución, tanto individual como colectiva.
Tal vez, también, si fuéramos conscientes de que cuando evolucionamos, cuando nos permitimos, cuando escuchamos nuestro corazón y nos dejamos llevar por su latido, hacemos un favor a nuestro sistema familiar individual, a la vez que también liberamos a toda la humanidad para que evolucione y se abra a nuevos sistemas de pensamiento.
La vida en sí misma es un estado de flujo creativo constante expansivo, que abre caminos y posibilidades, es abundancia pura. Piénsalo, si la parte saboteadora tuviera razón, la humanidad aún estaría en la época de las cavernas y jamás hubiéramos avanzado como sociedad.
Para que podamos liberarnos de la tiranía de este saboteador interno, necesitamos saber cómo gestionarlo, cómo dominar los pensamientos, cómo gestionar las emociones y pasar de una mente rígida a una mente flexible.
Precisamente esto es lo que puedes aprender el fin de semana del 9 y 10 de abril, en el Retiro Virtual Mente Flexible. ¿Quieres saber más? Toda la información en este enlace.
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