
23 Oct Cómo vivir el miedo con amor
¿Sabias que lo contrario al amor no es el odio? El odio “solo” es amor reprimido, amor sin luz.
El miedo en cambio si que es el contrario al amor.
El amor expande, aglutina, enlaza… El miedo separa, aísla y reprime.
La buena noticia es que el amor vibra tan alto que puede abrazar y disolver al miedo. Y vibra alto porque, aunque sigue siendo una emoción principal como lo es el miedo, es la energía que conforma al Universo. Fíjate que todo conecta con todo. Todo aglutina en Uno.
El amor, lejos de la idea romántica que tenemos del mismo, es una especie de superglue enorme que nos enlaza a niveles muy potentes.
Los 3 estados del miedo
Hoy quiero hablarte sobre el miedo como emoción, y sobre cómo te limita.
Lo primero que es importante tener en cuenta es que el miedo está aquí para protegerte; para garantizar que no te pasa nada (ya sea física o emocionalmente).
Y eso en si mismo no está nada mal. El problema viene cuando frena tu expansión y tu creatividad.
Es el guardián de la famosa zona de confort. Y hará lo que sea para que no salgas de ella.
Realmente, nunca salimos de la zona confort; lo que hacemos es agrandarla y de este modo nuestro Ser cada vez abarca más experiencia, más aprendizaje… Nos extendemos interiormente en la medida en que nuestra zona de confort se expande.
Entonces, ¿cómo hace el miedo para garantizar su función?
- Ataque
- Huida
- Parálisis
Estos son los tres mecanismos principales. Y te aconsejo que analices cuál es tu tendencia, en cuál de los tres te reconoces más.
Yo, principalmente, me quedo paralizada. Y cuando es algo físico es muy evidente, pero cuando es una parálisis emocional y me siento bloqueada, es mucho más complicado de detectar. Porque me digo a mi misma que estoy con estrés, que tengo muchas cosas en la cabeza o qué sé yo…
Y no.
¡Es puro miedo!
Así que te animo a que te preguntes, ¿cómo reaccionas tu ante el miedo? ¿quién gobierna tu vida, tú o tu miedo? ¿qué estás dejando de hacer por miedo?
Abrazar al miedo amorosamente
Detectar al miedo reprimido es la primera parte. Luego viene abrazarlo.
Y si, duele. Y se te hace un nudo en la garganta, y tal vez llores, y tembles y de todo. Ei, ¡pero bien tuyo que es! Vívelo. Accede a la experiencia pura de transitar por las reacciones físicas que te proporciona el miedo.
Lo pasarás mal, no digo que no. Pero cuando lo hayas transitado te darás cuenta que el poder reside en tu interior y que más allá del miedo hay la energía amorosa acogiéndote.
El trabajo con miedo
En las sesiones de coaching transpersonal que ofrezco trabajamos el miedo. Porque como te decía, representa una barrera importante hacia los objetivos y deseos propios.
Siempre que quieras conseguir algo, retarte a ti misma, ir más allá de lo conocido, encontrarás el miedo. Transitarlo forma parte de la vida, del camino que te has marcado y constituye la clave del éxito.
El miedo únicamente necesita un poquito de tu amor 😉
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